Una casa encantada, fantasmas, seres fantásticos, vampiros y un niño para contarlo todo.
De la ceniza volverás es un libro precioso. Es como un cuento de los que nos contaban nuestros padres para ir a dormir, lleno de imaginación y sensaciones. A veces parece una canción en lugar de un libro o una poesía pero no lo es, es una historia de espectros y seres inmortales que no está contada como una novela sino más bien como un relato oral; como si se le fuera ocurriendo al narrador a medida que va recordando y va cargando la historia de metáforas y comparaciones para que nos hagamos una idea y nos envuelva la historia.
En algún lugar del Oeste de EEUU hay una casa que se ha ido construyendo sola y donde han ido a parar todos los seres sobrenaturales que pueblan o han poblado la imaginación humana, desde la Mil Veces Tatarabuela que fue madre de Nefertiti a Cecy que vive proyectando su mente en los demás, hay seres invisibles, vientos huracanados, espectros y poltergeist, todos forman una gran familia con miembros en todo el mundo que encuentran refugio en la Casa a medida que el mundo moderno se vuelve más incrédulo y los va sustituyendo por la realidad. Esa peculiar familia tiene un miembro humano, un niño abandonado que han criado en la casa y que se convierte en el narrador de todas sus historias.
Ray Bradbury es famoso por otros libros mucho más comerciales pero este librito de apenas doscientas páginas es una muestra de lo que hace grande a un escritor, jugar con el lenguaje, transmitir sentimientos con palabras, introducir al lector en la historia, eso solo lo pueden hacer los buenos.
Como dije es un libro bastante corto, pero no se debe leer corriendo, es mejor disfrutarlo poco a poco no se puede saborear si lo lees de un tirón, hay que ir parando para dar vueltas por la casa con Timothy y sentir su miedo y su desamparo, escuchar las lecciones de la Mil Veces Tatarabuela y subir al desván para volar con Cecy por un mundo lleno de sensaciones. Una fantasía para disfrutar de la lectura.

Próximo libro «Largo pétalo de mar» (Isabel Allende)