Con Isabel Allende tengo una relación extraña. No me disgusta especialmente pero tampoco entiendo muy bien su éxito. Leí «La Casa de los espíritus» hace muchos años y, aunque no recuerdo muy bien de qué iba sí recuerdo que pensé que el libro no estaba mal, pero solo eso, era un libro que se dejaba leer y poco más. Tenía ganas de volver a darle una oportunidad ya con más años y muchos más libros de experiencia y lo he vuelto a intentar con «Largo pétalo de mar».
El libro cuenta la historia de un estudiante de medicina catalán atrapado en Barcelona durante la Guerra Civil Española, ante la avalancha de heridos del frente se ve obligado a ejercer de médico aun sin tener los estudios terminados. Cuando el bando republicano ya está prácticamente sentenciado huye de España y tras encontrar a la novia embarazada de su hermano en Francia se mudan a Chile donde se establece, crea su familia, termina sus estudios de medicina y ejerce como cirujano hasta que de nuevo la amenaza fascista vuelve a obligarlo a huir del país tras el Golpe de Estado que pone a Pinochet en el poder.
«Largo pétalo de mar» es como describe Neruda a Chile en uno de sus poemas ya que Neruda es quien fleta un barco para recoger a refugiados españoles desde Francia y ponerlos a salvo en su país. Todos los capítulos empiezan con versos de Neruda y él mismo es uno de los personajes históricos junto con Salvador Allende con los que Víctor Dalmau (el protagonista) tiene bastante relación durante su vida en Chile.
Víctor Dalmau desde su posición de cirujano prominente se codea con personajes históricos o no de la política y la élite local y se convierte en espectador de primera fila de los acontecimientos que llevan a Chile a una dictadura militar. Una cosa que me ha llamado la atención es que en los momentos decisivos de crisis y cambios políticos tanto en España como en Chile siempre hay un personaje visionario que sabe perfectamente en qué va a desembocar todo y que avisa a los demás de cómo va a suceder.
La novela es corta y se lee con bastante facilidad ya que el ritmo es muy rápido, demasiado rápido quizás, no para nunca. En unas cuantas páginas se ventila la Guerra Civil, en otras cuantas la dictadura chilena, el protagonista en un momento dado pasa por un campo de concentración, tres o cuatro páginas después ya está fuera. Realmente aunque no puedo decir que el libro no me haya gustado, me reafirmo en mi posición con respecto a Isabel Allende, no acaba de llegarme.
La historia no está mal pero no ahonda en los personajes, al terminar el libro no tenía ni idea de cómo era Roser la protagonista como persona, qué pensaba, qué le dolía, cómo le afectaban los acontecimientos a su alrededor. De Víctor Dalmau sabemos que es un hombre serio y que le gusta su trabajo, poco más o al menos yo no he sabido verlo. Es como un relato periodístico de hechos que a veces son históricos y otros les pasan a los protagonistas de ficción pero que no sabemos cómo los sienten solo lo que les pasa un año, otro año, nos cuentan toda su vida a gran velocidad pero no acabamos de conocerlos.
Sé que Allende tiene millones de seguidores en todo el mundo y creo que es una gran escritora pero el libro de los gustos es muy grande y tiene montones de páginas y mis gustos definitivamente están en otro capítulo.

Próximo libro «Sauce ciego, mujer dormida» (Haruki Murakami)