Cumbres borrascosas

Este es uno de los libros que salen en todas las listas de «Clásicos que todo el mundo debería leer» y que luego nadie lee. Lo compre de pasada hace tiempo por que vi una edición que me llamó la atención y me dije que como excusa me valía y que ya era hora de meterle mano.

Sacándola del contexto en que está escrita, la Inglaterra del siglo XIX adolece de machismo, racismo y clasismo, pero no creo que sea justo juzgarla fuera del lugar y la época a la que pertenece. La verdad es que en conjunto me ha parecido una historia de esas que es atemporal, funcionaría adaptándola a cualquier escenario ya sea en el espacio o en un edificio de oficinas. Amor, venganza, abuso de poder y al final los buenos ganan, una historia perfecta con personajes bien definidos y bien contada.

Un desconocido arrienda una finca colindante a Cumbres Borrascosas, cuyo propietario es el mismo en ambas propiedades. Lockwood, que es como se llama este inquilino, descubre que la familia que le alquila la propiedad es bastante disfuncional y desagradable y no entiende muy bien el porqué de la hostilidad que desprenden ni de las extrañas relaciones que mantienen entre sí. Intrigado y preocupado le pregunta por ellos a su ama de llaves que le cuenta la historia de la familia y constituye el núcleo de la narración.

Un amor prohibido e imposible entre la hija del dueño de la propiedad y el pequeño gitano adoptado por pena por su padre, los celos del hermano, la boda de ella con quien le corresponde por posición, la irremediable desesperación de los amantes, la muerte de ella, la venganza de él y el triunfo final del amor. Además está bien contada, te vas metiendo poco a poco en el gris del ambiente de esas dos fincas aisladas y lejos de todo, donde nada de lo de fuera tiene importancia, solo ellos y sus desdichas girando durante generaciones sin que nada de fuera se interponga. El único elemento extraño es Lockwood pero solo como espectador, su presencia no cambia nada en ese paisaje en apariencia sereno pero despiadado y brutal.

Ha sido un libro fácil de leer y con el que se puede pasar un buen rato y como dije antes cambiando el contexto y adaptándola es un historia que siempre va a triunfar, porque apela a nuestros más básicos instintos de espectadores y consumidores de la desgracia ajena.

Próximo libro «La madre de Frankestein» (Almudena Grandes)

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