Sorgo Rojo

La verdad es que me ha costado mucho más de lo que me esperaba terminar este libro.

Hace muchos años que vi la película «Sorgo Rojo» y me dejó bastante impactada. La historia, la crueldad de los japoneses, la visión de un niño de la muerte de su madre, me impresionó de tal manera que me adentré en este libro buscando la historia original que suponía mucho más intensa.

En realidad la película refleja sólo una pequeña parte del libro que es mucho más extenso y enrevesado.

La historia está contada desde el punto de vista del nieto de los protagonistas, una chica joven y guapa es prometida a un leproso que es el único heredero de una de las mayores destilerías de la comarca, en el camino a su nuevo y triste hogar se fija en uno de los porteadores que la llevan. Unos días después y sin haber consumado el matrimonio este porteador la viola y ella lo prefiere a su marido. Él mata al marido, al suegro y entre los dos se quedan la destilería y tienen un hijo, todo va bien hasta que llegan los japoneses y destruyen todo lo que tienen.

Este es el hilo conductor de la película y es la primera parte del libro, pero el narrador está continuamente dando saltos adelante y atrás, la historia cambia de enfoque y de ritmo continuamente, a veces en el mismo párrafo, lo que me ha resultado tedioso y a veces me descolocaba hasta el punto de no saber dónde estaba ni si los personajes estaban vivos o muertos. El narrador interrumpe a veces para dar su opinión desde un futuro completamente distinto y partiendo de hechos que sólo deja entrever pero que no cuenta, y las reacciones de los personajes son realmente muy extrañas.

Me ha dado la impresión de estar metida en la típica historia de pueblos cerrados, con gentes de instintos muy básicos, tipo «La Barraca», donde un malentendido puede acabar en odio y asesinato, pero todo envuelto en una sociedad completamente distinta a la occidental.

Los protagonistas son campesinos, gente muy sencilla que de repente se encuentran inmersos en una guerra, invadidos por unas personas a las que no entienden y que sólo quieren causarles el mayor daño posible. Pero en lugar de unirse contra los invasores no dejan de matarse entre ellos, de traicionarse o de pagar su miedo y su rabia con los animales.

La crueldad de los japoneses está contada con todo detalle, los asesinatos, las violaciones, los abusos son tan horribles que te dejan sobrecogida. Las descripciones de paisajes o sensaciones son también increíbles, en realidad el autor es un narrador exquisito pero se pierde en la trama tan enrevesada.

El sorgo rojo lo invade todo, los campos están todos sembrados con esta planta, de ella comen, se visten, se calientan y su destilado es el eje de la economía de la comarca. Todo el libro está lleno del color rojo, el del sorgo y el de la sangre derramada.

Es un libro descarnado y cruel, de difícil lectura y con una historia muy dura detrás, no creo que lo vuelva a leer pero tampoco creo que lo pueda olvidar.

sorgo rojo

Próximo Libro: «El tiempo entre costuras» (María Dueñas)

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