Luciérnagas

En estado de shock, así te deja Luciérnagas al terminar de leerlo.

Es un libro duro, desgarrador y cruel, como lo fue la época retratada en él. La Guerra Civil española desde la mirada de un grupo de adolescentes de Barcelona.

El libro comienza con Sol, una niña de 16 años que acaba de terminar su etapa en un internado. Salvo las épocas de vacaciones, su niñez la ha pasado dentro de los muros de ese colegio para niñas «bien» de la burguesía catalana. En junio de 1936 sale de allí para enfrentarse a un mundo que prácticamente le es desconocido,  una niña callada y rara que también es una extraña para sus padres y hermano.

Tiene que empezar a abrirse y adaptarse a un mundo que sólo ha intuido durante las pocas semanas de vacaciones y cuando está empezando a descubrirlo todo cambia de repente. El mundo se vuelve del revés, los pobres matan a los ricos, su hermano es un extraño, su casa se llena de gente desconocida y se ve arrastrada por un laberinto de gentes y situaciones que no puede controlar.

Sol, su hermano Eduardo, Chano, Daniel, Cloti, Cristián, Pablo… Chavales que no entienden el mundo de los mayores, pertenecen a mundos distintos, sus vidas seguían un plan determinado por sus orígenes, estaban abocadas a ser de una manera, y de repente el mundo se vuelve loco. De repente la gente se levanta y mata, los vecinos se esconden unos de otros, los valores de antes ya no valen y hay que crear unos nuevos. Nadie se fía de nadie y todos son enemigos. Ellos son como luciérnagas en un tarro que van dando tumbos contra las paredes iluminando su alrededor sin saber por qué.

La Guerra desde el punto de vista de quiénes no la hacen, desde los que la sufren sin entenderla.

La historia transcurre a veces lenta y a veces con un ritmo que te deja sin aliento. El enfoque cambia de forma imprevista, estás en la mente de uno y de repente estás viéndolo todo desde enfrente. Ana Mª Matute nos hace ver el mundo desde el punto de vista de los adolescentes, su visión está cargada de metáforas, de emociones y sensaciones que te hacen sentir lo que ellos sienten, miedo, odio, pasión, incertidumbre… No habla de bandos ni de vencedores ni vencidos, el pueblo siempre pierde las guerras, da igual quién las gane.

El final es horrible, te deja con un pellizco en el corazón que ni siquiera el pequeño rayito de esperanza que supone el fin de la guerra o la nueva vida que le aguarda a Sol te consuela.

Un libro muy recomendable para entender el sufrimiento y el dolor que producen las guerras que tan alegremente se deciden en los despachos y ministerios sin tener en cuenta a los que las sufren.

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Próximo libro «Ananmaroth» (Ana Mª Matute)

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