Tras acabar este libro me encuentro un poco perdida a la hora de hablar de él. Lo único que se me ocurre es que es un muy buen libro pero no es una buena novela.
Antonio G. Iturbe, nos introduce en Auschwitz de la mano de una niña judía de unos 14 años, es la encargada de guardar los libros de un pabellón muy especial, un pabellón donde hay niños y las familias pueden seguir juntas. Dentro del horror del holocausto hay un lugar que los nazis guardan por si tienen que enseñar a algún organismo internacional que les recrimine sus crímenes, un lugar donde los niños no mueren gaseados como cuentan los enemigos del régimen, allí sólo pueden morir de tifus, cólera, disentería o de hambre, pero no a manos de los SS.
Los libros están prohibidos, los lápices, los cuadernos o los juguetes también, el hambre les corroe las entrañas, sus padres mueren agotados en las fábricas del Reich, pero algunos adultos se las apañan para organizar una escuela y conseguir que los niños se sientan como lo que son durante unas horas al día.
El problema del libro es que es real, una historia real con personajes reales; y la vida no es una novela. Aunque a veces aparece la intriga, la realidad se impone y en un lugar horrible, la demoledora historia de la gente que vivió y murió allí no siempre es tan interesante, los personajes no tienen facetas y las historias son más cotidianas de lo que esperamos de un drama ficticio.
Es una historia de supervivencia, un libro que rinde homenaje a los libros, a la única vía de escape del horror; el poder sumergirse de vez en cuando en las historias que le cuentan sus libros es lo que hace que la protagonista sea capaz de enfrentarse y sobrevivir a la salvajada en la que se ve inmersa.
No es un libro en el que te puedas envolver, ni la trama es muy elaborada. Es una historia que todo el mundo debería conocer, es un libro que debería leer quien quiera saber qué pasó no hace mucho, en un lugar no muy lejos de donde vivimos, con gente muy parecida a nosotros. Es un libro sobre la realidad, un libro sobre cómo seguir vivo cuando la vida se olvida de ti.
Próximo libro: «Luciérnagas» (Ana María Matute)