Ken Follet es un gran escritor, de eso no hay duda, «Los pilares de la Tierra» o la saga de las dos Guerras Mundiales dan fe de ello. También es un gran narrador de la Historia, así que esta novela ambientada a finales del siglo XVIII tenía mucho ganado a priori para que me gustara. Sin embargo y aunque el libro está muy bien y es de los que atrapan, me ha sorprendido por que no era lo que me esperaba.
La impresión que me ha dado es que no era un libro sino una película. El ritmo rapidísimo, la acción sin parar, el paso de una escena a otra sin descanso te obliga a seguir leyendo continuamente para no dejar algo a medias y en seguida te metes en el siguiente lío. Yo buscaba paisajes, impresiones, ahondar en los personajes y lo que sienten o piensan y me he encontrado con una peli de acción que me ha descolocado un poco.
Mack McAsh es un minero del carbón en la Escocia de 1767, los coletazos finales de la Edad Media en un lugar remoto de Europa mantienen el estatus de la Clase Alta en base a la servidumbre y la explotación de los siervos. Mack sabe leer y cree que otro mundo es posible, un mundo donde nadie sea dueño de nadie y los pobres no mueran extenuados mientras los ricos asisten impasibles. Se rebela contra sus amos y eso lo lleva a tener que huir a Londres donde su rebeldía lo lleva a liderar las huelgas de los estibadores y acaba deportado en Virginia, de nuevo bajo el yugo de la servidumbre.
Lizzie Hallim es una aristócrata venida a menos que tiene que aceptar un matrimonio de conveniencia para mantener sus propiedades y su estatus social. Lizzie tampoco acepta su destino de mujer sometida y también se rebela contra las imposiciones de una sociedad machista y clasista.
El libro es un canto a la libertad, al amor y a las posibilidades que se abren ante los que deciden arriesgarse. Engancha y se lee muy rápido. Sin embargo tengo que decir que no es el libro que más me ha gustado de Ken Follet. Poniéndome en su lugar supongo que diría que si escribe «Los Pilares de la Tierra» hay quien se queja de la lentitud y si escribe «Un lugar llamado libertad» se quejan de la rapidez. Tendría razón, hay tantos gustos como lectores, en mi misma familia a mi pareja le ha encantando porque es un libro que tiene mucha acción; a mi me hubiera gustado saber más de los personajes y de cómo les afectaban los acontecimientos. Un ritmo más pausado para ir adentrándome en la historia y no pasar por encima solo viendo las imágenes sin formar parte de ellas. Pero para gustos, los colores.

Próximo libro «Theodoros» (Mircea Cartarescu)