Historias de Terramar

Si he tardado un poco más de la cuenta en terminar las Historias de Terramar ha sido por una interrupción que algún día, no muy lejano, espero poder comentar también aquí. Una delicia divertida y delirante de alguien que comparte esos dos adjetivos, pero que todavía no ha visto la luz.

En cuanto a Terramar solo puedo decir que ya se de dónde vienen las historias de fantasía que me gustan. No sé por qué he tardado tanto en conocer Terramar, supongo que por el hecho de estar escrito por una mujer o de no tener grandes y épicas batallas entre el bien y el mal. El caso es que no es tan conocido como otras grandes obras de fantasía y, sin embargo, solo puedo pensar que ha sido una gran fuente de inspiración de todas las que han venido detrás.

Terramar es un mundo compuesto por multitud de islas, algunas más grandes, otras más pequeñas, algunas forman archipiélagos y otras están más aisladas y todas forman un gran archipiélago central que comprende todo el mundo habitado, más allá de los confines de las últimas islas solo hay agua que se sepa, ya que nadie que se haya embarcado más allá ha vuelto para contar lo que hay.

Los habitantes de Terramar viven en una época pre-tecnológica, se dedican a la agricultura, la ganadería, la manufactura o el comercio entre las islas. La pesca y la piratería por supuesto también son grandes fuentes de riqueza. En las islas además hay hechiceros y brujas que practican la magia y que son contratados por los señores o trabajan para los habitantes de las islas, les curan las enfermedades o hacen que llueva cuando hace falta, impulsan los barcos con magia o calman las tempestades.

La magia más poderosa es la que tiene que ver con la nominación, conocer el nombre de algo te da poder sobre ello y puedes controlarlo. Lo mismo ocurre con los nombres de las personas, así que los habitantes de Terramar se cuidan mucho de dar su nombre verdadero a desconocidos. Urusla K. Le Guin empezó a escribir las Historias de Terramar en los años 60 así que espero que a Patrick Rothfuss no se le ocurra decir que no se ha inspirado en todo esto para escribir sus libros porque no hay quien se lo crea.

En Terramar conocemos a Gavilán o Halcón que se puede llamar de las dos maneras, aunque su nombre verdadero es Ged, un niño dotado para la magia que es enviado a la escuela de Roke donde los hechiceros aprenden a dominar las artes de la nominación, transformación y la magia en general. Gavilán pronto destaca por su poder y en su orgullo cree que puede dominar artes y fuerzas más oscuras sin sufrir ningún daño. Algo que tendrá consecuencias muy desagradables y que tendrá que afrontar y enfrentar para poder seguir viviendo.

También conoceremos a Tenar, una niña criada para servir, anulada por completo y que tendrá que enfrentarse a su destino para poder ser libre.

No veremos grandes batallas al estilo de «El señor de los anillos». No hay hazañas épicas, ni elfos rubios y perfectos. Los habitantes de Terramar son casi todos de piel oscura. Las Historias de Terramar no hablan de heroicidades, en cada uno de los cuatro primeros libros, los protagonistas tienen que recorrer un camino que los lleva a madurar y a encontrarse a ellos mismos, es con su propio destino y sus decisiones con lo que tienen que luchar y su mayor logro es asumir las consecuencias de sus actos.

Como muchos años después el mago más grande de todos los tiempos le diría a un niño con una cicatriz en la frente, son nuestras decisiones y no nuestras cualidades las que definen lo que somos. Está claro que J. K. Rowling también conocía Terramar.

En definitiva Terramar es un mundo de fantasía donde podemos aprender mucho de la realidad, son unos libros preciosos llenos de magia, de sabiduría y por supuesto, como cualquier gran historia de fantasía que se precie, también de dragones.

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Próximo libro «Escritos de un viejo incedente» (Charles Bukowski)

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